los conductos de ventilación
En caso de incendio, los conductos de ventilación aseguran la admisión de aire nuevo y la puesta en sobrepresión de los locales adyacentes. Puede ocurrir que estos conductos atraviesen zonas donde un incendio está activo antes de llegar a las zonas protegidas.
Por ello, es esencial asegurarse de que los conductos de ventilación cumplan con los requisitos siguientes, independientemente de que el fuego se encuentre al exterior del conducto (funcionamiento normal) o en su interior (en los casos de deterioración de un conducto):
- Estanqueidad al fuego, para evitar la propagación del incendio de un local al otro
- Aislamiento térmico para limitar el aumento de la temperatura.
- Deformación limitada y buen comportamiento mecánico del conducto y de su sistema de soporte para que desempeñe su papel por el período que se haya definido
- Estanqueidad a los humos (opcional), para limitar la propagación de gases asfixiantes.
A estos fines, la norma EN 1366-1 propone dos tipos de pruebas: - La prueba llamada « conducto A »: el fuego está al exterior del conducto, y éste se mantiene en depresión. Esta prueba permite medir no sólo la estanqueidad al fuego y a los humos del conducto, sino también su aislamiento térmico, así como evaluar su comportamiento mecánico en caso de un incendio exterior.
- La prueba llamada « conducto B »: el fuego está al exterior y en el interior del conducto, donde un ventilador suministra un caudal de aire. Las medidas se toman al exterior del horno. Esta prueba permite medir no sólo el aislamiento térmico de las paredes del conducto cuando el fuego está en su interior, sino también su comportamiento en modo « deteriorado »; además, el ventilador en la boca del conducto se para a intervalos para simular una avería.